Las gafas nacieron con la invención de la famosa fábrica de cristal de Murano en el siglo XIII. Murano, una pequeña isla al norte de Venecia, Italia, ha sido considerada durante mucho tiempo un centro de fabricación de vidrio. A finales del siglo XIII, los vidrieros lograron un gran avance: por primera vez esmerilaron dos lentes convexas, las colocaron cada una en un anillo de madera con un eje y las conectaron con remaches. Así nació el primer par de gafas.
Las gafas que vemos y llevamos hoy en día datan de principios del siglo XVIII.
Una de las ventajas de las “gafas con patillas” con respecto a sus predecesoras era que disponían de patillas que sujetaban las gafas en el puente de la nariz y en las orejas, a menudo con anillas metálicas que solían fijarse al extremo de las patillas para ofrecer un mayor grado de comodidad. La primera aparición física de este tipo de gafas se produjo en Londres, donde podían encontrarse en los folletos del óptico inglés Scarlett a partir de 1728.
A partir de 1727, el monóculo fue un accesorio popular entre los hombres y mujeres ricos de Alemania e Inglaterra. Posteriormente, en 1780, apareció el impertinente, que era una ayuda visual con un mango largo que se podía colocar delante de los ojos. En esta época también aparecieron las gafas con montura de Núremberg, que recibieron el poco favorecedor nombre de “aplasta-nariz”. Este tipo de gafas tiene líneas suaves y consta de una sola pieza larga de alambre de metal enrollada alrededor de la lente.
En 1784, Benjamin Franklin creó la lente bifocal, predecesora de la lente zoom actual. Por eso las lentes bifocales también se conocen como “gafas de Franklin”.
Las modernas “gafas con patillas” son muy populares desde 1850. Su diseño básico ha permanecido prácticamente inalterado durante el último siglo y medio. Sin embargo, con el tiempo, hasta principios del siglo XX, la anatomía se fue perfeccionando y la comodidad del usuario mejoró con patillas mejor diseñadas y apoyos nasales más cómodos.
En esta etapa, la calidad de las gafas alcanzó un nuevo punto álgido, pero Zeiss aún pudo introducir mejoras significativas en sus lentes. “Se ve mejor con gafas que sin ellas”: ésta era la opinión predominante entre la población en general. Pero Zeiss se planteó una pregunta importante: ¿es posible optimizar aún más la visión de los usuarios de gafas mejorando sus lentes?
En lugar de centrarse únicamente en lo que se vende bien, ZEISS lleva desde 1908 desarrollando lentes para todo tipo de visión. Un equipo de investigación dirigido por el renombrado científico óptico Moritz von Rohr (1868-1940) y el oftalmólogo sueco y posterior premio Nobel Allvar Gullstrand (1862-1930) centró toda su atención en las lentes que llevaban los enfermos de cataratas, que eran los que más necesitaban mejorar su visión.
El resultado fue Punktal, la primera lente con imagen focalizada, que inspiró la revolución oftalmológica que asoló el mundo en 1912, permitiendo a los usuarios ver con claridad a través de la zona periférica de la lente. Antes de este invento, si el usuario quería ver con claridad, tenía que girar la cabeza para centrar el objeto en la lente. Este logro sigue marcando hoy el mundo de la oftalmología.
Otro éxito llegó en 1935: con el Perivist, Zeiss creó la primera montura del mundo que podía ajustarse al usuario sin deslizarse. En otras palabras, ZEISS fabricó el primer par de gafas modernas. Hasta entonces, sólo se podían utilizar lentes ópticas redondas.